Por Sidney Anibal Espinoza Huerta
Tlalpan D.F, Méx. 28 de abril 2009
Siempre es bueno ir al Cine y disfrutar lo que una película nos quiere trasmitir. Pero en estos días, del terrible brote de Influenza porcina, no tanto. Más bien es tiempo de acatar las medidas sanitarias que las autoridades competentes nos han mandado y esperar a que estas vayan rindiendo el efecto necesario. Pues como dijo el Secretario de Educación, en estos días: “nada es más importante que la propia salud”.
Kierkegaard, un magnifico filósofo y teólogo del siglo XIX, decía que lo primero, como afirmaba Sócrates, es conocerse a sí mismo. Pero este conocimiento no es sólo de forma intelectual sino experiencial.
Al darme cuenta de lo que soy (mi singularidad), entonces empezar a manifestarme (en mis relaciones interpersonales) desde esa realidad. Y lo que uno es, seguirá diciendo el filósofo danés, es aquello que es uno mismo pero que al mismo tiempo nos trasciende (va más allá). Por lo tanto, lo primero que uno debe de hacer es amarse para conocerse. Y ese amor propio, no es más que ahondar en uno mismo y tomar las decisiones adecuadas. Pues, lo más importante del ser humano (fundamental para Kierkegaard) es decidir.
En estos momentos, debemos tomar en cuenta estas dos realidades: amarnos y decidir. Amarnos, no sólo en sentido sentimentalista, sino en el percatarnos de lo importante; en el descubrir lo valioso (tomando prestado aquel título de una película actual, darse cuenta de las “cosas insignificantes” y que son sumamente significativas). ¿Cuantos de nosotros no pecamos de descuidados en relación a nuestro cuerpo y a nuestra salud? Siempre estamos atenidos a que “toquemos fondo”, y entonces decimos “ahora si voy a echarle ganas a mi salud”.
Es cierto, el momento presente lo amerita: debemos amarnos en el sentido de darnos cuenta.
Y de decidir. Pero ¿Qué decidir? He aquí algunas cosas que son útiles:
1. No darle cabida al pánico. Pues como dijo Thomas Mann, hay dos epidemias, la de la enfermedad y la de la ignorancia. Informémonos lo mejor posible (por ejemplo, el saber bien cómo se contagia uno) para no darle cabida al miedo.
2. No caer en manos de charlatanes. Confiar en el personal sanitario capacitado.
3. Tenemos que aprender de este momento. que este terrible suceso nos deje algo, que la enseñanza vaya a algo más que algo temporal. Cambiemos hábitos alimenticios y de higiene, pensamos en los demás y que no nos “valga” la salud propia y del prójimo, etc.
4. Los agentes sanitarios, que juegan un papel importantísimo y fundamental, sabemos que su labor puede ser fatigosa en este momento, pero el trato humano a los enfermos es importantísimo.
5. Que otros intereses (de cualquier tipo, por ejemplo el querer sacar provecho de esta situación) no hagan más difícil este momento.
6. “Escuchar al propio cuerpo”. No es tiempo de seguir separando al cuerpo del espíritu. Como hombres somos cuerpos espiritualizados y espíritu corporeizado. No debemos seguir pecando/lastimando a nuestro cuerpo, que es templo del Espíritu Santo (1 Cor 3,17).
7. Aprovechar para convivir en familia. Lo cual cuesta, pero es maravilloso el poder convivir con los seres amados. Bien, como decía al principio. Tal vez no es buen momento para hablar de Cine. No porque estén cerrados (lo cual muestra la solidaridad con las autoridades y el pueblo en este momento crítico). Ya habrá tiempo.
Santa María de Guadalupe: A ti que nos amas con especial ternura, velas por nosotros con maternal intercesión y nos procuras siempre tu eficaz ayuda, suplicamos tu protección y auxilio para superar pronto esta epidemia que ha venido a afectar nuestra nación. Cúbrenos con tu manto, líbranos de este mal (Card. Norberto Rivera).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario